miércoles, 13 de septiembre de 2017

Brecha Generacional

 Hace 3 años atrás iba conduciendo acompañada de mi hija que recién estrenaba la mayoría de edad. Veníamos enfrascadas en una conversación acalorada sobre un hecho político en el que no estábamos de acuerdo cuando de pronto me dijo:

-¡Lo que pasa mamá, es que tu generación está cagada de miedo y eso les impide ver que lo que protegen a rabiar es una seudodemocracia!

 -¡Cómo puedes decir eso! - respondí molesta - mi generación sacó al dictador dije con aire de superioridad

-Tu generación sacó al dictador- replicó ella -pero el miedo los inmovilizó a tal punto que siguen temiendo subvertir el orden que lograron, el orden que no es más que el mismo neoliberalismo que impuso el dictador que sacaron. Si poh mami, sacaron al dictador, pero siguieron viviendo en el mismo modelo que él impuso-

Me quedé en silencio pensando lo que esta chiquilla pará en la hilacha me decía, fruncí el ceño, sin duda ella no tenía idea de lo que hablaba.

-¿Qué sabes tú de miedo si sales en la mañana a la Universidad segura y te juntas con quien quieras y opinas de lo que quieras?- Le dije sarcástica

-¿Y eso que tiene que ver mamá?- respondió

-Me dices que mi generación está cagada de miedo y claro, nosotros salíamos a estudiar y veíamos cada mañana en la entrada del metro a militares metralleta en mano y cara pintada de guerra ¿no es eso inmensamente amedrentador? Nosotros hablábamos bajito y solo con algunos muy confiables (no fuera cosa que llegara a ser sapo). Tú y tu generación no saben lo que es eso - Repliqué sin sacar la mirada del camino.

-Con eso solo me das la razón mamá- insistió ella

 -Mira Valeria, nosotros nos juntábamos a escondidas para confabular contra el dictador y soñar con un país libre. Derrocar al dictador era nuestra consigna diaria y todo lo demás pasaba a segundo plano ¡TODO!  ¿entiendes? Los carretes, el amor, la carrera, eran temas y actividades paralelas y secundarias al objetivo que nos hermanaba. ¡Claro que teníamos miedo! Mucho miedo, pero lo vencíamos porque de alguna manera sentíamos que estábamos colocados en un tránsito histórico y la responsabilidad que eso significaba. Vencimos ese miedo, si no fuera así, aún estaríamos en dictadura- le expliqué

-No lo vencieron mamá, solo derrocaron al dictador, tremenda hazaña, pero eso no bastaba para el sueño que tenían, ¿tanto te cuesta aceptarlo?, un poquito de humildad por favor- respondió ella categórica

No contesté, seguimos el camino un buen rato en silencio, yo seguía molesta, pensaba ¿Cómo puede decir que mi generación está inmovilizada de miedo alguien que nunca ha sentido el miedo a expresarse libremente?

-Mi generación creció hablando bajito porque “las paredes tienen oídos” decían las mamás. Mi generación creció  con noticias e historia oficial de la cual no se podía disentir. Mi generación creció haciendo correr revistas clandestinas, o haciendo silencio en la noche para escuchar la radio en onda corta que el papá o la mamá después de mucho lograban sintonizar. Tú y tu generación no saben lo que es eso, ¡no saben lo que es el miedo colectivo!- Le dije concluyente y continué

-Yo misma crecí sabiendo del amigo de mi papi que se llevaron la noche anterior y del cual no se sabía el paradero; del papá de la Cecilia al que sacaron del hospital un día y fusilaron al otro; de la tía de la Pasi que está enferma y no habla con nadie porque la torturaron hasta casi matarla. ¡Crecí con el miedo a que llegaran a buscar a mi papi!.

 ¡Hubo tantas tardes de dientes apretados de rabia y lágrimas de impotencia recorriendo mi rostro de adolescente censurada!

Tanta memoria que aún hoy me duele y quiebra mi templanza…

Mi soliloquio terminó de forma abrupta cuando al doblar en una calle divisé a un carabinero que levantó su mano y me hizo parar. Un nerviosismo inexplicable se apoderó de mí. Me estacioné torpemente y bajé la ventanilla con respiración agitada.

-Buenas tardes, sus documentos por favor- dijo el carabinero
Sudor de manos, latidos cardiacos a mil, buscaba los papeles con la angustia del que espera la guillotina sobre su cuello. ¿Por qué?

Yo tenía mi revisión técnica, seguro, permiso de circulación y licencia de conducir, además sabía que no había cometido ninguna falta. Aparentemente no había motivo para ponerme así, y sin embargo, siempre me pasaba lo mismo en esa situación, claro que no me detenía en ello, lo vivía como si fuera algo normal. Aunque no lo era.

El carabinero revisó mis documentos. Por el espejo retrovisor vi que contrastó la patente del auto con el padrón, volvió hacia mí.

- Es una revisión de rutina- dijo el carabinero y me devolvió los documentos. –Puede seguir no más-

Continué mi trayecto pensando en la razón de ese nerviosismo cuando de pronto, como balde de agua fría la verdad se mostró prístina ante mí y tuve que aceptarlo.

- Transitar 17 años en el terror deja la secuela del miedo impregnado en la piel, y aflora como acto reflejo ante el más mínimo recuerdo, como ahora frente al carabinero, aunque no hayas hecho nada. Cierto, nos concentramos en derrocar al dictador, y tal vez derrochamos ingenuidad pensando que eso era suficiente para vivir nuestro sueño de país libre- le respondí con los ojos húmedos.

-Tal vez sea que nos gastamos toda la energía juvenil en eso, no nos alcanzó para más- le dije y me eché a llorar

Mis ojos nublados y un nudo en la garganta me obligaron a estacionar.

Mi hija tomó de mi mano, hizo además de decir algo y sin embargo solo puso su cabeza en mi hombro.

Afuera hacía mucho calor, casi se podía ver reverberar el sol en el asfalto. Nos quedamos así mucho rato, como temiendo interrumpir ese momento, hasta que tomada de su mano decidí empezar a respirar futuro.

-Es cierto Valeria, mi generación está cagada de miedo- le dije sin mirarla y respiré hondo

martes, 16 de diciembre de 2014

LA MAS HERMOSA HISTORIA DE AMOR






Han pasado 2 meses desde que te dejé durmiendo en la cama, te di un beso de despedida y tú me sonreiste... fue la última vez que te vi...

Había pasado yo varios duelos, incluyendo el de mis amados padre y madre, pero no podía imaginar siquiera cuanto me dolería el tuyo. He buscado muchas maneras de no caer en un pozo sin fondo, por mis hijos, por ti, por mi, por nuestra historia infinitamente bella y alegre, pero ninguna me ha funcionado mucho, aunque te prometo que le pongo empeño.

Tratando de quedarme en la alegría y el privilegio de haber vivido una gran y hermosa historia de amor con un grande e imprescindible como tú,  y no en el desgarro de tu ausencia física, he decidido rescatar los recuerdos y refugiarme en ellos, por eso hoy los escribo:

 Había estado yo publicando una que otra cosa en una revista virtual que conocí por twitter, la que estaba organizando una fiesta. No estaba en mi mejor momento (había muerto mi papá, había ganado Piñera, había dejado mi empleo querido y venía de romper una relación sentimental tormentosa) así que decidí ir. Las entradas tenían un número, con el cuál en medio de la fiesta se hizo un sorteo, tuve la suerte de recibir uno de los premios, y me lo entregaste tú... fue nuestro primer contacto, que está inmortalizado en una foto. Lo cierto es que no te presté mucha atención, solo entendí que tú y otros 2 eran los organizadores de la fiesta y de la revista, días después recordé que casi al final de esa noche te acercaste al grupo en el que estaba e intercambiamos algunas palabras acerca de la gloriosa Universidad de Chile.

Un día me escribiste un mensaje interno en twitter, no sabía que eras tú, el mismo de la fiesta, porque tu foto era una Mafalda con un letrero que decía Basta!, pero el mensaje era tan simpático, que te contesté, y así no paramos de hablar 2 días completos. Me pediste el correo y seguimos hablando, ahora por chat. Fue entonces que me hablaste de mis artículos en la revista y yo supe que hablaba con quien me había entregado el premio. Para ese entonces ya habíamos hablado de fútbol y de política y hasta habíamos escrito un artículo a 4 manos. Para ese entonces ya estaba encandilada con tu inteligencia y simpatía, tu alegría me contagiaba y anhelaba volver a verte. Descubrimos que trabajábamos muy cerca, y me invitaste a un café. Temblando como una quinceañera llegué a la cita, te divisé al llegar, estabas en la última mesa, leyendo, levantaste la vista y sonreíste, y te sonreí. No recuerdo de qué hablamos, solo sé que ya te amaba y deseaba que me besaras, pero no lo hiciste. Me fuiste a dejar a la oficina y quedamos de juntarnos al otro día. Así fue por 3 días, terminé tomando 4 cafés diarios... -¿sabes?, yo prefiero el té-   ¿té? ese brebaje horrible que toman los enfermos? - jajajaja, ese mismo, tecito para mi-

Fue un Viernes después de varios cafeces, teces y largas conversaciones en persona y por chat, de día y de noche, cuando en un boliche de la calle Las Bellotas te acercaste a mi boca y me diste el más hermoso, tierno y apasionado beso de amor... recuerdo tan nítidamente ese momento, fue tan intenso que nos mirábamos, sonreíamos y volvíamos a besarnos, con los ojos llorosos de la emoción de habernos encontrado al fin, en la segunda mitad de nuestras vidas, después de varias historias fallidas estábamos ahí, uno frente al otro besándonos como quinceañeros, como si solo existíamos tu y yo, confirmando en ese beso que éramos el uno para el otro desde siempre y para siempre -hoy tengo una reunión- me dijiste -yo también tengo una, no me puedo quedar- respondí, y nos quedamos mirando sin poder separarnos -¿Nos vemos mañana?, te invito a cenar-  Me pasé todo el sábado esperando la hora en que vendrías por mi, nerviosa, ilusionada, contenta, nerviosa! llegaste puntualmente (siempre fuiste muy puntual) nos saludamos con un abrazo fuerte, me subí a tu camioneta destartalada y me regalaste una caja de chocolates, partimos, en un semáforo nos besamos apasionadamente nos miramos azorados y entonces me dijiste "Somos cínicos y vamos a cenar, ¿o nos vamos de inmediato al motel?" -mira tú, yo cínica no he sido nunca- te dije y te besé otra vez. Así fue nuestra historia siempre, directa, transparente, sin eufemismos ni secretos, mágica.

Mi vida sentimental había sido bastante errática, por lo que estaba llena de miedos y a la defensiva, con baja autoestima como compañera, pero tu me amaste tanto, que fuiste curando cada herida del corazón, con paciencia, cariño y buen humor. Me sanaste el cuerpo y el alma. Me centraste, me devolviste la alegría y el sentido de familia. Me diste estabilidad emocional, cosa a la que yo no estaba acostumbrada, y que varias veces me hizo sentir abrumada, hasta que lo hablé contigo y con un par de chistes y besos me volviste a centrar.

Vimos muchas películas y series, leímos juntos tardes enteras... tu con tu libro y yo con el mio, leyendonos el uno al otro los pasajes que nos parecían interesantes o jocosos, lo mismo con la poesía que con la novela. Contigo se podía hablar de todo, pasábamos de la política a la historia, de un problema cotidiano a uno filosófico, eras duro en el argumento, brillante, lúcido, culto, y yo te admiraba y te respetaba por eso y por tu valentía y heroicidad no solo de aquellos oscuros días de la patria en que te jugabas la vida por tus ideales y tomaste decisiones, sino porque nunca dejaste de lado tus ideales y viviste siempre apegado a ellos, enfrentando incluso la incomprensión del medio y sus costos, porque nunca te quedaste a la vera del camino como espectador, porque nunca te "acomodaste". Cuantas veces cantamos con el puño en alto mi amor!

Pocas veces te vi llorar, tan solo cuando me hablabas de Pablo, tu hijo fallecido, y de todos tus compañeros muertos en dictadura.

Ser tu compañera exigía estar al día en todo y eso me hizo más fuerte en mis convicciones y mejor en el debate, me hizo crecer y aprender, porque eras una enciclopedia andante. Las sobremesas contigo eran exquisitamente largas y provechosas, mis hijos afinaron su capacidad de argumentar y debatir, y a "reirse de los peces de colores". Cualquier discusión (siempre producto de mis amarguras) terminaba en unchiste tuyo y de ahí al ataque de risa y de ahí a los besos y a la pasión. Los niños decían que éramos unos nerd porque nos hablábamos por whatsapp todo el día y nos mandábamos caritas con besos y corazones rojos y azules, azules claro, con una fanática de la U como yo no podías ser de otro color, ver todos los partidos, gritar los goles, ir al estadio juntos, como te dije una vez, que fueras de la U, hacía perfecto nuestro amor.

Nunca nos dormimos enojados, nunca sin darnos un beso antes y  no pasó un solo día sin decirnos te amo. Siempre fue así,  hasta ese fatídico jueves... estabas durmiendo y yo me iba a trabajar, me acerqué a tu boca y te di un beso para despedirme, tu te sonreíste y me fui, y fue la última vez que te vi...


Y ahora estoy aquí, aprendiendo con dificultad a caminar la vida sin ti, buscando fuerza en la alegría que desbordabas, en el privilegio de haber sido tu compañera y todos los recuerdos de felicidad inmensa que me dejaste. No solo te amo, también me embarga un profundo sentimiento de gratitud por lo vivido, y si el costo de ello es el dolor que me embarga hoy, pues bien lo vale. Alex amado mio, te admiro te respeto y te amo para siempre! y ..."tu sombra aún se acuesta en mi cama con la oscuridad, entre mi almohada y mi soledad". 

DESPUÉS DE TI, el dolor (recopilación de tweet #unapenaobservada)




17.10
El mundo es hoy mas triste sin la alegría inigualable de mi @pirata52 Gracias por nuestro hermoso amor mi compañero inigualable. Te amo

El recuerdo de tu alegría me sostiene amado compañero @pirata52

Agradezco a la vida habernos encontrado amado @pirata52 fue cortito pero intenso y tremendamente feliz nuestro amor.

Aquellos que quieran acompañar a @pirata52 lo velaremos en Lynch Norte 164, La Reina

18.10
Gracias a los que me acompañaron a despedir a @pirata52 Su velorio y funeral multitudinarios y llenos de homenajes.Se los merecía todos!

19.10
Ver hoy con nosotros a @la_minuta Acompañándonos de seguro puso feliz a mi @pirata52 . Tan linda y repuesta, gracias!

Gracias infinitas a todos los que hoy me abrazaron, llamaron, escribieron, acompañaron. Despedir a @pirata52 es de lo peor que me ha pasado.

Por ti @pirata52, por ti mi amor, vamos la U Mierda!

La pena tiene sabor a moco y olor a ninguna cosa, pero duele la nariz

20.10
Esta canción - Te Quiero (Mario Benedetti): http://youtu.be/gkVt8lb0H4Y  es la que nos cantábamos con @pirata52 emocionados de tanto amor

A mis amigos tuiteros les digo que van a tener que soportarme. Escribir me hace bien, por eso lo hago, no por dar jugo :(

La pena se siente como si pusieran mil ladrillos sobre el pecho, y entonces cuando de ahogo no se da más, salen lágrimas de los ojos

la pena es como Dios, está en todas partes y no te puedes esconder de ella 


21.10
La pena toma forma de ahogo, te falta el aire y suspiras,y tomas aire en tremendas bocanadas, pero te sigue faltando 

Ay mi amor! Sin ti no entiendo el despertar... Ay mi amor! Sin ti mi cama es ancha!

22.10
Hoy hubo menos lágrimas, pero más suspiros y la opresión del pecho subió a la garganta 

Despertar y entender un día más que es cierto, que no estás... Esta es la hora mas difícil 

Hoy la pena es seca, no sale ni una lágrima, tan seca que llegan a doler los ojos y el pecho de pura presión, pero no salen 

De seguro la pena tiene que ver con los pulmones, parece que no se inflaran al respirar 

23.10
La pena te atonta y enlentece, tienes que forzar la atención para escuchar lo que te dicen o entender lo que lees 

Lo único bueno de esto es que me doy cuenta de que Alex y yo somos muy queridos

Como cada noche, llega el momento en que quiero salir arrancando y gritar y gritar y gritar. En cambio apenas si me muevo 

La pena hace que estés incómoda en todas partes 

Vuelvo a solicitar comprensión con mis tweet, se que doy jugo, pero a mi me hace bien. Ya volveré a ser normal, paciencia por favor

Parece increíble, pero la pena duele físicamente. Desde ayer la percibo en diferentes lugares, torso, cuello o cabeza. 

Porque te quiero a ti, porque te quiero, aunque estés lejos yo te siento a flor de piel! 

24.10

Ahora además de pena tengo rabia...

La pena anoche agregó un nuevo elemento para atacarme. Las incómodas palpitaciones.Se sienten en el pecho y en las sienes 

La pena seca es mucho peor que esa en que las lágrimas salen a borbotones, pero a mi parece que se me acabaron. 

Absolutamente... Que Triste fue decirnos Adios - Jose Jose: youtu.be/tEy9oAiWViQ vía @YouTube

26.10
Primer día que duermo bien, y casi toda la noche, aunque los suspiros persisten y el ahogo también 

27 de Octubre
De vez en cuando la vida-Joan Manuel Serrat: youtu.be/bPJ2Gxupac4 vía @YouTube 

La pena me tiene aletargada y suspirosa. Las lágrimas vienen de a poquito, la inquietud no me abandona 

Siento como si viviera en un plano paralelo, me hablan y no estoy ahí, pero en realidad si estoy 

28.10
Lo mas terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida 
Tu cepillo de dientes aún está junto al mio. Es tonto pero no me atrevo a botarlo, como si esperara a que aparecieras 

Tenías 16 años más que yo, pero eras el más joven... 

Estoy con una laxitud inefable, todo me cansa y me agobia y duermo cada vez que puedo 

Y veo una y otra vez tus fotos para que no se me desdibuje tu imágen 
29 de Octubre
Y en medio de la pena, voy a la última reunión de apoderados de mi hija, 4° medio, y me entregan un 6,8 de promedio, ahora lloro de emoción

No hay duda, las mañanas son lo peor 

1.- Venía manejando hacia la oficina y pasé a echar bencina, tenía los ojos hinchados y la pena tatuada en la cara. Traté de no mirar al
2.- bombero cuando le pedí la bencina, sin embargo el me miró y me dijo "¿le han dicho que usted es una estrella?" entonces sí lo miré creo
3.- con asombro y esbocé una sonrisa políticamente correcta, pero el bombero arremete y me dice "¿sabe que hacen las estrellas?, iluminan"
4.- entonces casi sentí que era un mensaje, y me vine llorando, pero más feliz 

Pasé con un 4,5 mi primera reunión laboral post Alex 

30.10
Hace justo 2 semanas, estabas dormido, te di un beso, sonreíste y me fuí a trabajar. Fue la última vez que te vi 

La vida es eterna y 5 minutos 

Nunca sabes cuál es el último beso... 

Hoy me ha tocado huir de la indigna autocompasión, pucha que cuesta! 

Tengo 46 años y ya he estado en el funeral de mi madre, mi padre y mi compañero. El universo sobre estima mi fortaleza 

31.10
Ay mi amor, que me desvela la verdad! 

01.11
Goooooooooool!!! que alegría! #soyazul contigo @pirata52

Goooooooooool!! Para ti este 3x0 mi amor! @pirata52 #soyazul

02.11
Cuando no lloro ando temblorosa y sin aire, es molesto, pero mas digno 

04.11
Cómo vivir después de ti...alejandro lerner - despues de ti ( letra ): http://youtu.be/29m5GPecLGU  vía @YouTube

Hoy estoy como si la vida se hubiera roto 

06.11

Estoy como sentada en un andén viendo la vida pasar frente a mi, y no atino a tomar ningún carro... va muy rápido 

Hace 3 semanas a esta hora aún estabas vivo! Nada hizo presagiar que la muerte estaba presta a separarnos!

08.11
La alegría del triunfo de la U se me empaña. Solo se que Alex ahora debiera estar a mi lado, con su camiseta, celebrando el triunfo.
09.11
Esos momentos en que quiero arrancar, tirarme el pelo, gritar, pienso viviría de nuevo este dolor solo por conocerte

11.11
Clima externo, como 30 grados, clima interno, lluvia a cántaros intermitente

12.11
Tocar el paraiso y luego caer vertiginosamente

18.11
Ovillada en el suelo recibiendo los golpes, pero tomando aire y fuerza para pararme

viernes, 31 de enero de 2014

BENDITOS CHOCLOS


El domingo pasado en honor a mi hermana menor, que estaba en Chile, mi madrina nos invitó a comer pastel de Choclo (el mejor pastel del mundo). El solo escuchar la invitación a comer un pastel de choclo casero y Buinense me hizo agua la boca.
Cuando era chica, hacer pastel de choclo o humitas era un trabajo de toda la familia, nos levantábamos temprano, mi mami sacaba el mantel de grueso y floreado hule de la mesa de la cocina y ponía allí una montonera de choclos que yo veía como un cerro infinito de hojas sonrientes mostrando los dientes amarillos. A mi hermana chica y a mí nos tocaba pelarlos y una vez listos pasárselos a mi mami quien con un enorme cuchillo les arrancaba todos los dientes, transformándolos en unas  corontas anaranjadas. Mi papá ponía en el patio otra mesa a la que ajustaba un molino de fierro que mi mami cuidaba con devoción. Mi hermano  y mi papá se turnaban moliendo los dientes de los choclos, mi hermano Iván llenaba el molino y empezaba a dar vuelta la manivela, apareciendo por delante del molino una pasta espesa que caía en un gran tiesto, y por debajo del molino caía a otro tiesto un jugo que parecía una leche amarillenta.
Mi mamá dirigía la faena y esta cadena de actividades funcionaba cual industria, nosotras pelábamos, mi mamá sacaba los dientes y una vez lleno el tiesto lo llevaba al molino, mi papá y mi hermano molían y mi mami les iba cambiando tiesto con pasta de choclo por tiesto con dientes listos para moler, vaciaba el tiesto con jugo sobre la pasta y así sucesivamente hasta que terminábamos con todos los choclos molidos, ella se encargaba de armar las humitas, o de hacer el pino y cocer el choclo para el pastel (el raspado de la olla era siempre para mi hermano, grrrr) nosotros poníamos la mesa, y esperábamos ansiosos a comer el resultado de nuestro esfuerzo y trabajo.
Era de lo más divertido ir desvistiendo de a poco a estos sonrientes señores, cuidando no romper las hojas en el caso de que el propósito era hacer humitas, para ello había que ir dejando las hojas grandes y enteras en un lugar y las hojas más pequeñas y secas en otro, las que no cumplían estos atributos iban al tacho de la basura, las del primer grupo había que emparejarlas y las del segundo pasaban a ser amarras, estas reglas mis hermanos y yo las aprendíamos desde el primer verano en que éramos capaces de sostener un choclo, entonces ya pasábamos a ser  operarios en esta cadena de producción.
Cuando los choclos ya estaban sin hojas había que quitarles el pelo, primero les tirábamos el moño y luego sacábamos pelo por pelo  en una competencia por quién dejaba más pelado el choclo. Mi mamá era buena jefa, nos devolvía los choclos mal pelados, pero cada cierto tiempo destacaba la buena labor “pero que bien pelado este choclo de la Martita” decía con admiración y yo miraba orgullosa y despectiva a mi hermana, pero al rato, mi sabia madre decía “qué buen trabajo está haciendo la Janyita” entonces era mi hermana a la que se le inflaba el pecho y yo me esmeraba en que el próximo choclo perfectamente pelado fuera mío. Con mi hermana (sólo nos llevamos por 1 ½ año) estas tareas eran una fiesta, porque cada cierta cantidad de choclos nos aparecían unos gusanos verdosos y regordetes que cada una juntaba en un tiesto aparte, para, al terminar la faena contar quién logró más gusanos, los que se transformaban en nuestras mascotas por todo un día, hasta que nos cansábamos de ellos y los dejábamos libres. Estos diminutos amigos eran la razón por la cual mi otra hermana, Natalia, no participaba directamente de las tareas de la preparación del pastel o las humitas, sufría una aversión por los gusanos que Janyi y yo nunca creímos. Mi mamita sí le creía, y por eso la había liberado del proceso, el día de los choclos a Naty le tocaba hacer el aseo. Aún así, Janyi y yo  reclamábamos que Naty no participaba y que lo del temor gusanístico no era más que una excusa para no mancharse las manos. Un día, planeamos desenmascararla, juntamos los gusanos de ambas y los dejamos en un rincón por donde de seguro nuestra hermana tendría que pasar la escoba. Nosotras, las hermanas chicas, cómplices y malvadas, seguimos pelando choclos con cara de santitas hasta que de pronto se escuchó un tremendo grito en el living, todos corrimos a ver… allí estaba ella, sentada en el suelo, casi desmayada, llorando con hipo y sollozos, inmovilizada ante una decena de inocentes gusanos verdosos y regordetes que apenas podían moverse de tan gordos.  Obviamente no pudimos ocultar nuestra responsabilidad en el hecho, lo cierto es que desde ese día no volvimos a cuestionar su exclusión en el proceso choclístico, aunque, ahora de adultos, cuando nos juntamos los 4 hermanos, recordamos este trabajo grupal y aún le reprochamos a ella el no estar, a mi hermano acabronarse con el raspado de la olla y ella a nosotras haber confabulado para provocarle casi un infarto con los famosos gusanos, lo que nos causa grandes carcajadas.
Así es, junto a los choclos aprendimos a trabajar en equipo, aprendimos que cada eslabón es importante en la cadena, ninguno más, ninguno menos. Aprendimos que cuando uno trabaja en pos del mismo objetivo, el producto sabe mucho mejor, aprendimos que el trabajo colectivo une con lazos difíciles de cortar.
Un choclo, verdura sobre la cual muchas veces no prestamos atención puede ser una fuente de aventuras y aprendizaje infinito que sólo de adulto comprendes, y eres capaz de recordar todo ese aprendizaje cuando te llevas a la boca un tenedor con maravilloso pastel o noble humita, fruto de un gran y valorado trabajo, porque, dicho sea de paso, el pastel o las humitas molidas en la juguera o en la 1 2 3 no tienen comparación con aquellos en hechos en molino.

El domingo pasado, en Buin, probé el pastel de mi madrina, cerré los ojos y casi pude ver todo lo que les acabo de contar.

lunes, 20 de agosto de 2012

Con el Demonio Al Volante


Hay un tema que desde hace tiempo me da vueltas, tiene que ver con la forma en que nos relacionamos con los demás al manejar, y donde en mi opinión mayormente “mostramos la hilacha” y aparece ese energúmeno que llevamos dentro. No sé por qué  extraña razón sucede que al estar al volante el demonio mete la cola (según diría X. Ossandón) y se exacerban todos los defectos. Dicho cambio temo, es una transfiguración, es decir una transformación que implica un cambio de forma de modo tal que revela la verdadera naturaleza.
Bueno, producto de mis observaciones empíricas he clasificado las personalidades ocultas que afloran frente al volante en las que detallo a continuación:

1.- El Coprolálico:
Creo que nunca he visto más improperios lanzados al prójimo que observando y escuchando a diversos choferes. Estos improperios son de todos los tipos, verbales, físicos y muuuuchos de pensamiento.  Se lanzan al chofer del auto del lado que lo va adelantando, al taxista que paró de pronto adelante suyo, al peatón que cruza corriendo por un paso que no es de cebra, a la viejita o al minusválido que demora 5 minutos en cruzar la calle, obviamente que al chofer de la micro que no le cedió el paso, pero también al que quiere cambiar de pista, en fin, parece que el lema es putear a cuanto transeúnte o automovilista ose acercársele. Apuesto a que en su casa no dice tanto garabato como frente al volante, ¿por qué? ¿Es acaso que dentro de su nave se siente refugiado y con derechos para putear al mundo?

2.- El Individualista
¿Cuántas veces le ha pasado estar a la salida de un estacionamiento, o boca calle tratando de entrar en la fila de automóviles que pasan frente a usted y nadie le deja entrar?
Pareciera que todos los conductores por arte de magia están ciegos o con una tortícolis tan extrema que no pueden mirar hacia el lado. O tal vez sea una amnesia pasajera que les impide recordar cuando ellos han estado en ese mismo lugar, esperando que alguien “les de la pasá’ ” ¿por qué esta actitud? Si pasáramos intercaladamente todo fluiría mejor…

3.- El Irrespetuoso:
Todo conductor ha vivido un taco y sabe por cierto lo cansador y estresante que puede ser, más aún un taco carretero, de vuelta de las vacaciones, con los niños preguntando cada 1 minuto ¿cuánto falta para llegar?. En esos momento lo único que uno quiere es llegar pronto a su destino, ¡¡que avance el maldito taco!! Y empezamos a desear con todas las fuerzas que exista la tele transportación, pero prontito viene la resignación… en esos pensamientos está usted cuando de repente mira hacia el lado y ve al IRRESPETUOSO pasar rajado adelantando por la berma. Este indeseable personaje (no tengo dudas que es el mismo que se cuela en las filas) no tiene ni la más mínima consideración con el resto de los conductores que estoicos avanzan según el taco se los permita. Nooooo, este personaje se pasa a todos por donde ya sabe, no le importa nadie más que él, tiene cero sentido de lo colectivo y para más remate aumenta el taco, porque forma adelante el tremendo cuello de botella. Confieso que a este indeseable personaje no lo soporto, y a este sí que jamás “le doy la pasá’ “ cuando quiere volver a la fila.

4.- El impaciente bullicioso:
Tal parece es en los tacos donde se pone a prueba de qué estamos hechos. Lo cierto es que todos los que van en el taco quieren avanzar, yo parto de esa base, no creo que hayan sacado el auto para estacionar al centro de la calzada… y si todos quieren avanzar, ¿para qué toca tanto la bocina? ¿Creerá este energúmeno que la vibración del estridente sonido de la bocina tendrá la magia de hacer fluir el tránsito?  Lo peor es que cuando este energúmeno aparece pegándose a la bocina, todos sus hermanos le responden y suena entonces el más horrible de los conciertos de bocinazos, alterando la poca paz que nos va quedando… estos señores impacientes y bulliciosos me caen mal, no me gustan, no quiero su contaminación acústica. La bocina es un elemento que ojalá nunca tengamos que tocar, es sólo para una real emergencia.

5.-  El Egoísta:
¿Le ha pasado llegar a un estacionamiento y no poder estacionar porque varios de los que llegaron antes dejaron sus autos en medio de la línea de demarcación? Este es un energúmeno que he denominado el Egoísta porque cuando se estaciona sólo se preocupa de quedar bien él, y no piensa en los llegarán después y quedarán sin espacio porque él todo canchero (o mal conductor) se estaciona al medio, ocupando 2 espacios. Estos tipos que tienen esa recurrente actitud parecen estar pidiendo que alguien les desinfle una rueda como escarmiento, confieso que lo he pensado…

6.- El Mala Leche:
Este es el despreciable energúmeno que se estaciona en el espacio demarcado para minusválidos y le da exactamente lo mismo. Nada que decir, soy capaz de ponerme coprolálica si lo pillo.

7.- El Avasallador:
Este definitivamente tiene un problema de personalidad… como para aconsejarle “HAZTE VER” ¡no soporta tener un auto adelante! Necesita pasar adelante, y este sentir se le vuelve una obsesión tal que hace todo por adelantar y una vez que lo logra sigue con el siguiente y así sucesivamente hasta que llega a destino, no sin antes haber hecho pasar susto a cuanto conductor tuvo la mala pata de ir más adelante en su camino, porque el avasallador no tiene miramientos y hará cualquier cosa por adelantarlo. ¡¡A este señor hay que tenerle miedo!!

8.-  El Sádico:
Dícese del conductor que siente placer al pegarse del auto que va delante, y no solo eso, hace rugir el motor detrás y si es de noche más goza porque añade sadismo poniendo las luces altas. Ojo, que no es el mismo tipo del N°7, este no necesariamente quiere adelantar, como dije, él goza de ponerlo nervioso a usted. Realmente es un personaje indeseable.

9.-  El Estridente:
A este gusta de la música alta, y contra más decibeles tenga su radio mejor. Escucha la música a todo shancho, lo que es su elección, claro, pero, ¿es necesario que lleve las ventanas abiertas? A mí me gusta mi silencio o mi música, ¿por qué él se siente con derecho de invadirme con su musiquita estridente? (que la mayoría de las veces no es de mi gusto) Estoy segura de que este es amigo del bullicioso, y ambos deben ser de los que en el metro ponen su ipod tan fuerte que aunque vayan con audífonos todos vamos obligados a escuchar su TUM TUM TUM TUM.

10.- El Aparentador:
Termino con este personaje porque más que indeseable, a mí me da pena. Este es el que se compra un auto bien graaaande y bacán solo para minimizar su inseguridad, lamentable, el tipo lo tiene chico… y el tamaño de su miembro lo inseguriza de tal manera que cree puede suplir el hecho en cuestión con un auto grande. Ha escuchado que a las mujeres le gustan los hombres con auto… pooobre,  lo más probable es que encuentre algunas que se suban con él, pero no lo van a querer nunca por sí mismo, solo espero que alguna vez entienda que el tamaño lo puede suplir no con un auto, si no con una mejor performance, la que de verdad, lejos, se agradece mucho más que un contundente tamaño (según me han contado).

Estoy convencida que la esencia de las personas no se puede esconder, y que en cada una de las acciones cotidianas vamos mostrando lo que en verdad somos, y por cierto, con el tiempo siempre se nota, siempre terminamos por  “mostrar la hilacha”. ¿Se ha reconocido en alguno de estos personajes usted?

lunes, 13 de agosto de 2012

MI CUCHARITA ENCRESPADORA DE PESTAÑAS


 Hoy casi muero cuando me fui a encrespar las pestañas y al abrir el  cosmetiquero no encontré la cucharita que uso para este fin. En serio, casi muero, porque extraviar la cucharita encrespadora es perder una compañera, una amiga.

No le estoy poniendo color,  sé que las mujeres me entienden, porque más del 90% de ellas han tenido o tienen su cuchara regalona.

Sepa usted que cerca de los 15 años las mujeres descubrimos el salto cuántico que hay  entre una mirada con pestañas tiesas versus una con pestañas crespas. La imagen, la seducción, la actitud, todo cambia batiendo unas frondosas pestañas rizadas. Se cierra el ojo más segura cuando el ojo le lleva pestaña ondulá’.

En algún momento de nuestra adolescencia, (tal vez mientras nos arreglamos para asistir a la  primera fiesta)  se produce el rito de iniciación en el encrespado de pestañas. Siempre es otra mujer, mayor que una, la que nos muestra la diferencia encrespándonos  las pestañas con algún adminículo de su propiedad, nos miramos al espejo y no queremos dejar de tenerlas así nunca más. Entonces es cuando necesitamos nuestro propio instrumento encrespador, momento de buscarlo.

En mi caso, intentando repetir el efecto del primer encrespado, logrado con unas unas tijeras viejas que al acercarse me asustaron, supe que lo mío no iba por otras tijeras, por ello probé tapas plásticas de diferentes dimensiones y grosores hasta que me quedé con una verde, de un desodorante que le hacía justo a mi dedo y ojo juvenil, dicha tapa me acompañó por años, en el bolsón del colegio, en el bolsillo del pantalón, en la carterita de la fiesta, en la mochila del campamento, en la maleta de vacaciones, siempre lista para dar el toque perfecto a mis pestañas, en aquellos tiempos de cara lavada en que las pestañas crespas eran mi único maquillaje. Pero un día fui a buscar mi tapita y no estaba, la busqué en el estuche, en mis cajones, en el bolsón, en el baño, debajo de la cama, pero no estaba, había partido al país de las cosas perdidas, allí mismo donde están los pares de mis calcetines huachos, no la encontré más…  traté de buscar una igual, pero no hubo caso, el tipo de desodorante de donde había sacado aquella tapa estaba discontinuado, y ninguna otra se amoldaba a mis dedos y ojos como aquella.

En ese tiempo yo tenía aún cantidad abundante de pestañas jóvenes y dóciles que hasta con un poco de presión de los dedos tendían a verse algo onduladas, lo que me permitió una larga búsqueda. Con las tapas tiré la toalla porque no encontré ninguna que diera buen resultado, entonces recordé haber visto a muchas congéneres usar una cuchara, y decidí encontrar la mía, porque en la vida cada mujer se encuentra con su cuchara.

Ha de saber usted señor varón que no sirve cualquier cuchara, una prueba y prueba, cucharas grandes, medianas, pequeñas; cucharas gruesas, delgadas, muy finas; con mango cilíndrico o plano, largo o corto. De repente se encuentra la adecuada, esa que se manipula sin esfuerzo, que se acomoda bien entre el anular y el pulgar, esa que deja el rizo justo para batir la pestaña coqueta, la que no te quiebra el pelo, esa que te deja un crespo duradero, esa de la cual ya no quieres volver a separarte jamás. Como cada mujer, encontré la mía, y la hice mi fiel compañera. Mi cucharita encrespadora es de esas que le llaman cuchara de té, es delgada pero firme, nunca se ha doblado al presionarla con mis dedos, su mango es del largo de mi puño cerrado y me ha servido desde hace ya unos 15 años. Todos los días la he encontrado donde mismo, yo la saco, me encrespo, la guardo en su estuche y la pongo en mi cartera. No uso máscara de pestañas con frecuencia, pero cuando la he llegado a usar, me fijo que mi cucharita no quede negra, pero si pasa, la limpio, la trato bien, no la ando trayendo pegajosa ni manchada. En todos estos años, escasas veces la he ocupado como cuchara, recuerdo un paseo en que olvidé llevar una para comer, pero ella, mi fiel compañera me salvó, aunque debo decirlo, la comida no sabe igual en una cuchara que es simplemente una cuchara que en TU cuchara, ella te salva, pero no es su oficio.

Durante mi vida adulta varias veces me han recomendado los famosos encrespadores, los he probado, pero en serio no es lo mismo. Una logra tal simbiosis con su cuchara que es imposible reemplazarla.

Hoy como cada día fui a buscarla y no estaba en su estuche. La busqué y la busqué y no la encontré, y estoy desolada porque ella y yo hacíamos gran equipo y temo que cansada haya emigrado y esté junto a la tapita verde, los compañeros de mis calcetines huachos y esas palabras que nunca dije.

Me resisto a andar de pestaña tiesa por la vida, pero mis pestañas ya no son tan frondosas como cuando la conocí… tal vez sea el momento de un encrespador, porque dudo encontrar pronto una herramienta tan eficiente como mi compañera cucharita.
Pestañísticamente hablando, si la ve por ahí dígale que la extraño y que como ella no hay ninguna.

Si me ve a por ahí a mí, y me observa de pestaña tiesa o media quebrá’, significa que aún no la encuentro y que ciertamente la reemplazante no es digna. Eso sí, no se le vaya a ocurrir representármelo, mire que lloro, y la pestaña tiesa y más encima mojada es imposible de ondular.

viernes, 13 de julio de 2012

Los Maduritos son Mejores



Esto de la auto regulación del mercado no funciona en ninguna parte… ayer me junté con unas amigas separadas y sacamos algunas cuentas que no convienen para nada a las mujeres maduras que buscan pareja.

Una mujer que ya ha apagado 30 velitas pero aún no 50 y busca como pareja a hombres de más o menos la misma edad se encontrará con el siguiente escenario:




a)    La mitad de los Hombres entre 30 y 40 años está casado, conviviendo, amancebado, amarrado, con polola de larga data, etc, como lo quiera llamar, el tema es que la mitad está OCUPADO, ergo, solo queda el 50%

b)    Del 50% de hombres libres, aproximadamente el 50% es gay, es decir, no le gustan las mujeres, por lo tanto ni pensar en tomarlos en cuenta como posibles parejas, solo como grandes amigos. Esto quiere decir que del 100% del Universo de hombres de esa edad ya nos queda sólo el 25% … L

c)    Del 25% de los hombres en el mercado, la mitad de ellos tienen problemas de…¿Cómo lo digo? techo bajo, pajarón, mamerto, menos de un dedo de frente, le faltan gramos pa’l kilo, aweonao, le faltan chauchas pa´l peso, le faltan palitos pa´l puente, amermelao, azafate de criadillas (es decir saco de w___) uf! ¿se entiende lo que quiero decir? Esta característica es realmente muuuy poco atractiva. Con eso, si sigo con las cuentas, nooooooo, ya sólo nos queda el 12,5%

d)    Del 12,5%  de los hombres que nos van quedando (ya parece la canción de los perritos) la mitad tiene cualquier tranca, léase pegado en amores pasados, ex insufribles, depravados sexuales, delincuentes, presidiarios, etc. ¡¡Qué penoso!! Ya sólo queda 7,5% plop!

e)    Del 7,5% del Universo de hombres en ese rango etareo, la mitad es amamado, y su mamita NUNCA dejará que su hijito se le vaya, inventará cualquier cosa para retenerlo o meterse en medio y esto para una mujer entre 30 y 40 no es tolerable (creo que lo próximo que escribo es sobre La Suegra)

¿Nos queda alguien? Uf! afortunadamente aún hay patria ciudadanas, tal vez sea usted la afortunada en encontrar dentro del 3,25% del universo de hombres que va quedando (en el rango etáreo 30 – 50) a aquel que le haga tilín el corazón o las hormonas, es decir, que tenga química con usted.

Ya ven, una no se puede confiar en la auto regulación del mercado ¡ni siquiera en estas cosas! ¿qué hacer entonces?

Tal como el estado debe ser responsable y no confiar jamás en qué el mercado se auto regula (creo no es necesario explicar este punto ¿verdad?, pero por si lo fuera le sugiero se acuerde de La Polar y rapidito se le llenará la cabeza de recuerdos idem) una mujer no puede dejar al arbitrio de la auto regulación del mercado la oferta de hombres, más aún, ya que es sabido, la demanda es muy superior.

Vamos con las soluciones. Si lo que se espera es obtener mayor oferta, podrá observar que la mayor cantidad de hombres entre 30 y 50 años que no está en el mercado es sencillamente por estar ocupados (ver letra a)). La evidencia dice que en el rango 50 a 60 este porcentaje disminuye considerablemente, pues el número de separados que encontrará es inmenso. Es cierto que este grupo de varones trae una historia (ex, hijas o hijos) pero lo más probable es que esta historia sea del mismo tamaño que la que tiene usted. ¿Me entiende de qué hablo?

Digo que hay que cambiar el foco y mirar un poco más arriba, que si bien las variables b), c) y d) se repiten también entre los machos entre 50 y 60, la variable e) está muy disminuída pues, a esa edad al menos la mitad es huérfano, es decir, NO HAY SUEGRA.

Si cambia el foco de búsqueda al rango propuesto podrá encontrar hombres que aún saben lo que es un caballero, hombres que han tenido éxitos y fracasos por lo que ya tienen clarita la película, lo que quieren y como lo quieren, hombres que no tienen tanta prisa porque han aprendido lo que es importante o esencial para ellos y ya saben separar la paja del trigo, encontrará hombres que la van a tratar como reina. Sí, es cierto que el pelo ya está cano y el rostro muestra el paso de los años, pero la sabiduría de la madurez no tiene precio, y le aseguro que a esa edad el resto del cuerpecito les funciona perfectamente.

¡¡Suerte!!