jueves, 26 de abril de 2012
martes, 24 de abril de 2012
CHECKLIST PAREJÍSTICO
Hace
poco, en casa de una amiga nos juntamos un lote bien simpático, 19 personas
cuyo rango atareo estaba entre 40 y 60 años. En este grupo había solo 1 pareja casada y en primer matrimonio, 2
parejas casadas en segundas nupcias, 3 hombres separados solos, 4 parejas
conviviendo tras separaciones anteriores, 2 parejas “pololeando” con más de 1
matrimonio en el pasado. En esta fauna parejística obviamente el tema que nos
entretuvo fue aceptar que el ser humano es más feliz en pareja y es por ello que
no importa cuántas relaciones fracasadas se acumulen, siempre seguimos
intentando encontrar aquél con quién compartir nuestra vida. ¿Cómo hacer para
no equivocarnos otra vez?, ¿cómo minimizar o controlar al máximo las variables
de manera que le “achuntemos” ¡ahora sí! al compañero que esperamos? El tema no es fácil, más aún cuando los años
van pasando y el tiempo no tiene la misma connotación que a los 15 años… La
experiencia de algo tiene que servir nos decimos, pero a veces la vulnerabilidad
que nos aporta la soledad, el romanticismo que obnubila, o las hormonas que
zapatean deseando que “nos toque” luego (kino acumulado le llaman algunos…) no
nos permiten ver aquello que después de fracasada la relación vemos tan
claramente… no éramos el uno para el otro… ¡no andábamos ni cerca!..., ¿cómo
pude?..., ¡al cabo que ni quería! … ¡y con este won me fui a meter!...
Concluimos
que es necesario de alguna manera objetivar la oferta y la demanda para no
perder tiempo y ayudarnos a descartar de inmediato a quienes por la experiencia
que nos ha dado la vida, ya sabemos nos será imposible compatibilizar, porque
claro, no nos leamos la suerte entre gitanos, después de los 40 una/o ya tiene
su genio, gustos y disgustos bien marcados (blanca paloma no se es), ya se
tiene una idea clara de lo que se quiere y de aquello en lo que podemos tranzar
y de aquello en lo que no lo haremos. Pues bien, con estos antecedentes la
propuesta es que cada uno debe construir su checklist, entonces, cuando llegue
esa persona que nos deslumbra y por la cual nos hace tilín el corazón, no hay
que perder tiempo, puede ser la persona equivocada, ¿cómo saberlo? simple, hay
que aplicar el checklist. Se recomienda entonces, cuándo usted no está
emparejado y con nadie en vista, con la cabeza fría y objetiva construir dicho
instrumento de ayuda. Para esto debe listar todas aquellas cosas que quisiera compartir
con una pareja, o aquello que es importante para usted que posea, luego darle
peso según importancia (Muy importante, medianamente importante, poco
importante) y si es o no transable (y a cambio de qué). Para ayudar a los
lectores, y con el único fin altruista de ayudar al amor parejístico ensayaré
aquí un checklist base, el cuál usted puede modificar agregando o sacando
características según su conveniencia.
N°
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CARACTERÍSTICA
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SÍ
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NO
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OBSERVACIÓN
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1
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¿Habla de corrido?
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Si la respuesta es NO…next!!!! Si la
respuesta es Sí continué con la pregunta 2
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2
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¿Sostiene una conversación que no sea
sobre el clima por más de 15 minutos?
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Si la respuesta es NO, deje este
checklist y siga con el de relación casual
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3
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¿Pronuncia mal algunas palabras como
pegasoso x pegajoso, tiosko por kiosko, haiga x haya, etc.?
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Si usted también las pronuncia
continúe, si usted no las pronuncia, no prosiga con esta relación, se
avergonzará
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4
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Al conversar con ell@ ¿le da la
sensación de que en el momento de intimidad, cuando se saca la ropa la va
doblando?
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Si la respuesta es Sí entonces
despídase rapidito y NEXT!!!!! No lo siga intentando, no hay feeling sexual
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5
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¿Le gusta el futbol?
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Aplique grado de importancia para
usted (en mi caso es crítico)
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6
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¿Le gusta la U?
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Si la respuesta es Sí de seguro esta
es una buena persona, continúe con él/ella. Si la respuesta es No Obviamente
next! (jejeje)
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7
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Si se acerca a hablarle ¿siente olor a
boca no lavada? Este punto aplíquelo a todos los otros olores que atentan a
la buena convivencia (ala, poto, pata, pelo, etc.)
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Decida ud. si se dará el tiempo de
educar al susodich@ en normas de higiene que debió haber aprendido de niño
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8
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¿Fuma?
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Aplique criterio según la importancia
que usted da a este punto.
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9
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¿Es mamón? (dícese de aquel/aquella espécimen
que consulta todo con su mami
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Si la respuesta es Sí, siga solo si
usted es masoquista
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10
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¿Tiene Twitter?
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Si usted es un vicioso del twitter y él/ella
no tiene este será un gran problema. Si él/ella tiene twitter y usted no,
mejor entre para que “cache” lo que es ese mundo (y pa’ qué le cuento el
submundo de los DM)
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11
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Durante la conversación casual, ¿ríen
al menos una vez en 10 minutos?
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Si la respuesta es NO, olvídelo,
seguir con un tont@ grave es masoquismo. Cuando la revolución hormonal se
calma la risa es el mejor ingrediente para renovar la pasión
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12
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Va con usted a un bar, pub o
restaurant ¿deja propina?
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Si la respuesta es sí continúe
conociéndolo, si la respuesta es NO déjelo por cagao (entre otras cosas ya q
esta actitud es la punta del iceberg de problemas mayores)
|
Bueno, siga
usted amononando el checklist, este es sólo un ejemplo, ¡y hay tanto por incluir!!
Le deseo suerte en su búsqueda, y que el/la próxim@ sea el definitivo/a.
domingo, 22 de abril de 2012
¿Qué te Pasa? ¡¡ NADA!!
Me gusta ser mujer, pero hay 3 cosas
que sin duda me harían más feliz. Podrán enjuiciarme de exagerada, o de
superflua, pero estas 3 cosas por pequeñas que aparentemente se vean, debido a
la frecuencia con que ocurren se transforman en una tortura.
Conversando con otras mujeres, me
he dado cuenta que estos problemitas no son solo míos, he llegado a pensar que,
en alguna comisión en tiempo inmemoriable (a la que ninguna mujer asistió), se acordó
que eran responsabilidad nuestra estas cosillas, y eso quedó tan asumido y
grabado, que llega hasta nuestros días. Pues hoy, en el año 2011 reclamo mi
derecho a no estar de acuerdo, y a que ustedes hombres, esposos, compañeros,
amantes, pololos, hijos o cualquiera sea su rol en nuestra vida y ustedes
niñas, adolescentes, hijas que lean este escrito catártico tomen conciencia de
la tortura que nos hacen pasar, y entiendan el por qué a veces se nos frunce el
ceño y andamos más calladas, y cuándo nos preguntan ¿qué te pasa? respondemos
NADA. Claro, el nada es un escudo para no empezar a explicar todas las veces
que este problema se ha repetido, para no enrostrarles su poca sensibilidad,
porque no podemos creer que tengamos que explicar algo tan pequeño y tan
evidente, y porque no queremos escuchar: ¡Y por eso tan chico te enojas!
Bueno, voy a describir estas 3
cosas.
1.- El caso del rollo de papel
higiénico:
Por alguna razón que no logro
comprender, me sucede muchas veces que entro al baño de mi casa y OH!! no hay
papel. ¿Qué hago? Voy a buscar un rollo nuevo, saco el cilindro de cartón
vacío, lo boto y pongo el rollo nuevo. Para no tener este problema, hace un
tiempo compré un contenedor de rollo extra, de tal manera que nadie sufriera el
traumático episodio de quedarse sin papel en el momento justo de necesitarlo y
pasar por la humillación de gritar por ayuda para que alguien le traiga un
rollo, y estirar la mano con la puerta semi cerrada para alcanzar el esperado
papel, para que nadie en mi casa pasara por la incómoda situación de depender
absolutamente del otro para resolver un tema tan humano.
No se resolvió la situación, lo
que sucedió fue que si a alguno (que no sea yo) se le acaba el papel en el baño,
saca el rollo de repuesto, ocupa la fracción que necesita y luego lo deja sobre
el estanque, ¡sobre el estanque! eso, hasta que llego a entrar al baño yo, que
saco el cilindro de cartón vacío, saco el rollo de encima del estanque, lo
pongo en el porta rollo, voy a buscar un rollo nuevo de repuesto y lo pongo en
el contenedor, y así, vuelve a ocurrir el ciclo una y otra vez.
Entonces, algo que para mi es de
Perogrullo, al parecer no lo es para el resto de mi familia. Si se les acaba el
papel ¿tanto les cuesta sacar el cilindro de cartón vacío y botarlo?, cuando
sacan un rollo nuevo, ¿les cuesta mucho ponerlo en su sitio, es decir en el
porta rollo? y por último, si ocuparon el rollo de repuesto, ¿porqué no van por
uno nuevo y llenan el contenedor de repuesto? Yo creo que hasta en esto se nota
el individualismo, no se piensa en el que va a entrar al baño después…
2.-El caso del vaso de agua (o
cualquier otro bebestible):
Este es un problema diario, que además
aumenta en la época de verano. ¿Qué hacen los demás cuando tienen sed? Van a la
cocina, sacan un vaso, lo llenan con agua, se lo llevan al lugar en donde estén
(dormitorio, living, comedor, escritorio, incluso patio) beben y lo dejan allí,
si al rato vuelven a tener sed, repiten la misma operación, es decir, van a la
cocina, sacan un vaso (¡otro vaso!) lo llenan con agua, se lo llevan a donde
estén (que de seguro ahora es otro lugar), beben y lo dejan allí, y así se
repite el ciclo una y otra vez
Cuando llego de mi trabajo,
cansada y la mayoría de las veces con sed voy a la cocina por un vaso y no
encuentro ninguno. Me paseo por las habitaciones de la casa recopilando vasos,
los llevo a la cocina, los lavo todos y recién ahí puedo servirme mi deseado
vaso de agua, que por supuesto ya no sabe igual… He dicho de todas las maneras
posibles que esto no corresponde, que cada uno debe llevar su vaso y lavarlo pero
no hay caso, por eso ya lo hago de una vez, pero como digo, así mi vaso de agua
ya no sabe igual…
3.- El caso del cuchillo:
Otro problema diario. Cuando a
alguien le da hambre fuera de horario, va a la cocina por algún tentempié, un
pedazo de pan, una fruta, alguna cosita que “engañe el estómago”, la fruta la
pelan o pican, el pan hay que abrirlo y untarlo con mantequilla o mermelada o
lo que sea. Para todas estas acciones se necesita obviamente un cuchillo, ese
mismo que después de usarlo queda abandonado en el lavaplatos. Como esta acción
se repite con las diferentes personas del hogar y en distintos momentos del
día, ocurre que cuando yo llego de mi trabajo no sólo no tengo un vaso, si no
que además me encuentro con una serie de cuchillos con mantequilla, mermelada o
fruta en el lavaplatos, ¡valor!
Comprenderán entonces que como
yo, muchas mujeres llegamos a casa después del trabajo cansadas, queremos
tomarnos un vaso de agua vamos a la cocina y nos encontramos con el lavaplatos
llenos de cuchillos sucios, buscamos un vaso y no hay ninguno, vamos al baño y
no hay papel, salimos con el ceño fruncido y una mueca en los labios, entonces
nos preguntan, ¿qué te pasa? y contestamos ¡¡NADA!! pensando en el individualismo del resto de la
familia… esto claro es por un rato, porque después de cambiarnos los tacos por
zapatos más cómodos y comer algo revisamos tareas, acompañamos el llene de las
mochilas, hacemos el almuerzo para el otro día, supervisamos el lustrado de
zapatos de colegio, organizamos el día siguiente, vemos de reojo algún programa
de TV mientras reparamos una basta, twitteamos, hablamos por teléfono y
preparamos en la ropa que nos pondremos al otro día, vemos que se acuesten los
niños, acompañamos a cada uno un rato en su pieza, los observamos como duermen,
y finalmente nos vamos a acostar, leemos menos páginas de las que quisiéramos
de ese libro que lleva días en el velador y empezamos a cabecear, y a dormir.
Prometo que todo lo demás lo hago
con cariño, y que no me quejo de eso, pero lo haría más feliz si al llegar a
casa no encontrara los cuchillos, tuviera un vaso para beber y encontrara papel
en el baño.
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